OLE: CAGNA HIJO E TIGRE.

Los hinchas ovacionaron al técnico en una despedida muy emotiva.

"Voy a volver", prometió entre aplausos. Y eso que terminó último...


ALEJANDRO VIGGIANO aviggiano@ole.com.ar


O h, Diego va a volveeer".

Explota la cancha de Tigre tras el pitazo final de Pittana. Una bandera que refleja el rostro del DT y la leyenda "Hijo `e Tigre" se extiende detrás del banco de suplentes local. Los hinchas en la platea muestran afiches (los mismos que empapelaron las calles de San Fernando y San Isidro) con una sentencia de despedida: "Vení a decirle hasta pronto a Diego. Ser de Tigre es ser agradecido".

Y en medio del homenaje, camina lentamente Diego Cagna, el DT de los 124 partidos y 177 puntos a lo largo de sus tres años en Victoria. Se quiebra y llora.

Se nubla. Y ahí, en el centro del campo de juego, se confiesa con un micrófono en una mano y una plaqueta en la otra: "Ustedes nos bancaron siempre, fuimos muy felices. No tengo dudas de que algún día voy a volver", afirma el técnico de la gente.

Desde su arribo, Cagna logró el ascenso a Primera, dos subcampeonatos y la clasificación a un torneo internacional por primera vez en la historia. Por eso, a pesar de que el equipo terminó último en este Apertura, el entrenador se fue como un prócer, rodeado por su mujer y sus dos hijos, y hasta su suegro. No faltó nadie. Ni Sergio Massa, conmovido por el triste adiós. Ni el abrazo con Ortega y Almeyda, dos rivales de peso que no quisieron perder la oportunidad de reconocerle su trabajo.

La noche se cerró con Cagna dando la vuelta olímpica entre los aplausos de la gente y decenas de banderas con dedicatorias como marco. "Nunca voy a olvidar lo que viví en Tigre.

¡Cómo no emocionarme! Fue difícil tomar la decisión pero creo que hice lo correcto", se despidió.

¿Y ahora? Suenan las tres "C". Que Cocca.

Que Caruso. Que Cappa.

Lo cierto es que mientras en Victoria empiezan a buscarle un sucesor, el único apellido que importa es el de Cagna. Y ya lo empiezan a extrañar...