El ex vicepresidente de Estados Unidos dictó en Tigre una conferencia sobre el calentamiento global para empresarios y famosos que previamente pagaron entrada. Expuso sus tesis sobre el desastre. Y sus propuestas sobre cómo mitigarlo.
Al Gore disertó en el Tigre, en una carpa especialmente armada para cobijar, en la ocasión, a una concurrencia numerosa y ecléctica (alrededor de 300 empresarios, celebrities y políticos) que durante algo más de una hora siguió el asombroso temario del ex vicepresidente más famoso de la historia reciente norteamericana. Y es que la cita, aunque convocada bajo el lema “Pensando en verde: estrategia económica para el siglo XXI”, comenzó con la mención, hecha por el propio Gore –luego de que Sergio Massa, intendente de Tigre y anfitrión del evento, refiriera el tema en la presentación de la charla–, del caso del joven asesinado días atrás en ese partido. “Hablé con Sergio más temprano sobre Santiago Urbani –dijo Gore– y quisiera expresar también mis condolencias a la familia del chico que era activista ecológico a tan temprana edad. Semejante tragedia toca el corazón de todos nosotros.”
Gore, quien actualmente se encuentra en tren de preparar, a base de diversas disertaciones por todo el mundo, un segundo documental sobre el cambio climático forzado por acción humana, sus consecuencias y las posibilidades de evitar desastres naturales, demostró ser un orador de probada experiencia. Contundente en la exposición, sintético y hasta carismático, pidió disculpas por hablar en inglés en lugar de en español.
Tres factores –sostiene Gore– han agudizado la crisis que atraviesa el planeta. En primer lugar, el aumento descomunal de la población a lo largo de último siglo (“se cuadruplicó. Hay 6,8 billones de personas actualmente en el mundo. En las próximas dos décadas, ese número todavía en ascenso se estabilizará en nueve billones), algo que comenzó a mermar a medida que se dio “educación a las niñas, empoderamiento a las mujeres y confianza a padres y madres en que sus hijos podrían sobrevivir”. En segundo término, el poder energético que permiten las tecnologías disponibles, algo que termina transformando los entornos, “los estamos usando lo más rápido que podemos y transformándolos no sólo en energía, sino también en emanaciones de gases que perjudican la atmósfera” y “alteran la relación entre la tierra y la atmósfera”.
La diferencia entre la percepción cotidiana que puede tener cualquier persona y el saber científico –continuó– es el tercer elemento. Comprenderlo y accionar “es un desafío en nuestras propias mentes. Debemos reconciliar lo que los científicos nos dicen con nuestras percepciones. Lo que los científicos nos están diciendo (con los datos referentes al calentamiento global y los desastres naturales) no es más que las consecuencias que debemos ver si continuamos con el patrón actual”.
Durante la presentación que hizo de Gore, Sergio Massa aprovechó para anunciar que el municipio de Tigre se plegará, a su manera, a las acciones de concientización y cambio que propone El Proyecto Cambio Climático, en cuyo marco el ex vicepresidente norteamericano realiza las charlas y los documentales. “Hablar de medio ambiente en la aldea global es hablar de en qué mundo vamos a vivir en mediano y largo plazo”, dijo Massa antes de detallar que su intendencia plantea regular los avances edilicios en el Delta. “Queremos que ese lugar, esa gran reserva que tenemos a 15 minutos de la ciudad de Buenos Aires, esos 200 km cuadrados de isla tengan reglas, para que el hombre en su afán por la rentabilidad no se lleve por delante algo tan importante como las islas del Delta”, afirmó aunque sin detallar la estrategia. Por la tarde, Gore presentó en La Rural el documental que le valió el Oscar, Una verdad incómoda.
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