Impulsan nuevas medidas contra las salideras bancarias
La iniciativa la tomaron dos municipios del conurbano
Mientras el Gobierno provincial y el BCRA analizan formas de proteger la privacidad de los clientes, en Avellaneda decidieron tomar las huellas de todos los que entren a un banco y en Tigre, filmarlos.
El caso de Carolina Píparo, la embarazada que perdió a su bebé tras ser baleada en La Plata, no sólo conmocionó a la opinión pública. También obligó a distintos a sectores políticos a intentar buscarle una solución a la ola de salideras bancarias. Mientras desde la provincia de Buenos Aires, el Congreso de la Nación y el propio Banco Central (BCRA) siguen estudiando medidas para combatirlas, dos municipios del conurbano Avellaneda y Tigre lanzaron iniciativas muy concretas.
La Municipalidad de Avellaneda elaboró un proyecto que busca identificar y llevar un registro digital de toda persona ingrese a un banco. La idea se convirtió ayer en una ordenanza del Concejo Deliberante y ahora las entidades financieras tendrán 60 días para instalar los nuevos dispositivos de seguridad.
El proyecto empezó a analizarse hace poco más de un mes, a partir de la muerte del policía Jorge Ortíz como resultado de una salidera bancaria en Sarandí. El ataque contra Carolina Píparo hizo que todo se acelerara y se allanara el camino para su aprobación.
Según contaron a Clarín fuentes del Municipio de Avellaneda, a lo largo de los próximos 60 días, cada una de las 37 sucursales bancarias que tienen su domicilio en este distrito deberán colocar en todas sus puertas de ingreso un sistema informático de identificación. Este tomará huella digital, foto, día y horario del ingreso de toda persona a la entidad durante el horario de atención al público. La información deberá ser guardada durante al menos un año.
"El sistema debe ponerse en todos los bancos, incluso el Nación y el Provincia. El que no cumpla será sancionado", informó el edil justicialista Armando Bertolotto, presidente del Concejo Deliberante de Avellaneda. El funcionario agregó que los gastos de implementación del sistema correrán por cuenta de cada entidad. Oficialmente se los calcula en unos 4.000 pesos por cada puerta de entrada a una sucursal. Pero fuentes bancarias estiman que sería bastante más. Y plantearon objeciones.
"En nuestra sucursal hay días que atendemos a 3.000 mil personas, entre clientes, gente que paga impuestos y que pide cambio, por ejemplo. Este sistema puede ser complicado de aplicar, aunque
algunas personas no estarán de acuerdo en dejar su huella digital", dijo el gerente de una sucursal radicada en Avellaneda.
En Tigre, en tanto, el intendente Sergio Massa firmó un decreto que obliga a las 42 sucursales bancarias que hay en ese distrito a colocar tres cámaras de seguridad extra en cada local: una en la puerta y otras dos en las inmediaciones.
Esta medida ya había sido adelantada en septiembre del año pasado, pero se implementará ahora.
Según contaron a Clarín fuentes del Municipio de Tigre, cada entidad debe hacerse cargo de los costos de las cámaras y tendrán 15 días para arrancar con la instalación. Además, ayer el Gobierno comunal se reunió con las áreas de seguridad de los bancos para armar un nuevo plan operativo.
Mientras, el Gobierno provincial y el Banco Central siguen sin anunciar medidas concretas. Esta semana, después de una conversación telefónica entre el gobernador de la Provincia, Daniel Scioli, y la presidenta del BCRA, Mercedes Marcó del Pont, hubo una reunión entre el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, y el gerente general del Central, Benigno Vélez.
Tras ese encuentro, Casal dijo que se acordó una serie de medidas, entre las que enumeró la instalación de inhibidores de teléfonos celulares en la zona de atención al público de las sucursales; barreras visuales (biombos y separadores, para darle privacidad a las operaciones de los clientes); la instalación de cámaras; y que se despejen los frentes de todos los bancos, para facilitar la vigilancia desde el exterior. No se anunció cuándo entrarán en vigencia.
Según el ministro, el lunes comenzará a funcionar una agencia de seguridad bancaria, a la que se le dará capacitación con la Policía Bonaerense. Luego se incorporarían las nuevas medidas a las 1.693 sucursales bancarias que hay en la Provincia.
Intento de robo a mazazos
Siguiendo un plan insólito, cuatro ladrones encapuchados
rompieron ayer a mazazos el blindex del cajero automático de un banco de Palermo mientras lo recargaban con dinero, pero al observar la presencia de policías que vigilaban la zona huyeron en una camioneta sin robar absolutamente nada.
El hecho ocurrió a las 16, minutos después de que el Banco Santander Río de Cerviño al 4700 (esquina Bullrich) cerrara sus puertas al público. Los ladrones quisieron sorprender a los empleados mientras
reponían los cartuchos de dinero de los cajeros, pero la aparición de la Policía los hizo escapar.
En el semestre, 42 casos por día hábil
En el Congreso de la Nación, los diputados de la oposición manejan estadísticas extraoficiales sobre las salideras bancarias que impresionan.
De acuerdo con estos números, en los primeros seis meses de este año
hubo 4.998 casos . Esto equivale a 833 por mes, 208 por semana y
42 por día hábi l. Si se analiza estas cifras en base al horario bancario (cinco horas diarias, de lunes a viernes), el resultado es escalofriante: 8 hechos por hora.
Las jurisdicciones más afectadas por este fenómeno, según los informes que manejan los diputados, son la Capital Federal, el Gran Buenos Aires, Rosario, Córdoba y Mendoza.
Para tener una magnitud del problema, las estadísticas del Banco Central dicen que en los primeros 9 meses de 2009 hubo unas 3.500 salideras. Fuentes extraoficiales de la Policía Federal confiaron a los diputados que el jueves trataron el tema en la Comisión de Finanzas que ese año
terminó con 4.012 casos . La consultora Global Solutions, en tanto, estima que el aumento de un año a otro fue del 25%.
PUNTO DE VISTA
La inversión
Si se produjo un brutal aumento en la cantidad de salideras fue porque los bancos se convirtieron en un verdadero coto de caza para los ladrones. Hasta hoy, cuando la exagerada brutalidad de una banda y el conmovedor perfil de una víctima como Carolina Píparo han llamado la atención sobre este fenómeno, empleados infieles y "marcadores" se han manejado con impunidad. Sabido es que sin su inestimable colaboración esta modalidad sería casi imposible, por lo cual las medidas para frenar su accionar (darles privacidad a los clientes, por ejemplo) son obvias. La gran pregunta, entonces, no es qué hacer si no cómo lograr que los bancos inviertan en hacerlo.
